Y que vuelvas a colarte ea hurtadillas en mi habitación, que te metas en la cama y sin preguntar me beses, que lleves tú el mando, que me agarres del pelo, posesivo, y expongas mi cuello a tu boca, que me muerdas mientras metes la mano dentro de mi pantalón y haces que me olvide del mundo, que me desnudes.
Que cuando me embistas me sacuda un escalofrío provocado por el gusto, que tenga que controlarme porque no sé cuanto tiempo voy a ser capaz de aguantar, que me susurres a oído y en ese momento me deje llevar y pierda la noción del tiempo por el placer.
Que me beses y te marches, porque las casualidades son eso, casualidades.
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