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Mostrando entradas de abril, 2016

Feeling Good

Salí de la ducha con la toalla puesta y me asomé a la ventana, estaba lloviendo y en el equipo de música sonaba I put a spell on you de Nina Simone. Me toqué los labios, aún me dolían de la noche anterior, cuando él estuvo besándome durante horas...me gustaba recordar su sabor, era el recuerdo de que había estado ahí. Seguí delante de la ventana unos minutos más, me gusta ver llover, me relaja y me hace olvidar todo lo que existe a mi alrededor. Y entonces lo sentí....no me había tocado, pero allí estaba su olor, como una droga que yo quería tomar horas y horas. Lo vi en el reflejo de la ventana, su esculpido torso desnudo, el pantalón del pijama cayendo en sus caderas y sus oblicuos perfectamente marcados, ¿qué tendrán los oblicuos que nos gustan tanto?  Sentí que sus ojos verdes, bajo esas pestañas tremendamente largas me estaban devorando, y cerré los ojos cuando me despojó de la toalla para dejarme desnuda, mi cuerpo no sabía si iba a ser capaz de aguantar otro asalto como e

El Dios Griego

El Dios Griego....el Dios Griego es esa especie de hombre que existe, pero que casualmente no tenemos la suerte de estar entre sus brazos, o más bien de que él esté entre nuestras piernas. Nos gusta, nos pone, es nuestro mito erótico, y lo sabemos. Tenemos que vivir con ello... Un día llegas a cualquier sitio y lo ves, da igual que te gusten los morenos, los rubios o los pelirrojos, porque aunque no sea tu tipo te gusta. Lo conoces, y sabes que es él....lo miras, lo remiras y babeas, más bien pierdes las bragas en ese momento, y no pasa nada, a todas nos pasa. Sabes que es él porque te muerdes el labio y estás pensando que te perderías en sus manos y en otras partes de su cuerpo, te entran los calores y quieres arrancarle la camisa a mordiscos y que te empotre en cualquier superficie. Además de estar muy bueno, porque lo está, el tío es inteligente, simpático y súper comprensivo, vamos...el hombre diez, y claro, tú maldices a todos los astros por el hecho de que no te hay