Ir al contenido principal

Pequeñas tonterías que nos pasan a diario.

Miras la pantalla del ordenador y ves que llevas una hora para escribir cinco lineas, sí, cinco tristes lineas acerca de Stravinsky y que ni siquiera sabes de dónde han salido. Definitivamente hoy no estás muy inspirada para el TFE, normal hace dos días estabas aún en casa abriendo los regalos de reyes.

Te levantas y sales al balcón a tomar un poco el aíre, el ambiente está demasiado cargado en el salón de mi piso compartido, como para ponerme a hacer otra cosa. Y te da igual salir al balcón con un pijama rosa, de lo más dulce y adorable que existe, y unos pelos de loca, a eso le sumamos el maquillaje corrido y los ojos rojos de tanto ordenador y tanta partitura como llevas hoy a cuestas.

Decides ir a por un café, y es que yo no fumo, pero tengo un vicio reconocido por la cafeína, mi madre dice que no es bueno tanto café, pero si quiere seguir teniendo hija en Junio, es lo que hay. Sí, un café y un par de mis galletas favoritas, las que llevan chispitas de chocolate y están hipermegarrequetebuenas, esas. 

Y de repente te sientas a esperar que el agua se caliente para hacerte el café y te viene la inspiración para escribir en el blog, y también acordarte del frío que hace en los pisos y el calor que hace en la calle, porque en Murcia estamos a veinte grados, bonito invierno....eso sí, subes a mi casa y es el polo norte, que si te descuidas hechas humillo por la boca al respirar. Entonces, te sientas y vuelves al ordenador, eso sí, esta vez con Spotify de fondo, y una lista de reproducción con canciones melancólicas que no sabes como ha llegado ahí, y te pones a escribir lo que pasa una tarde cualquiera, ¿por qué? Pues porque está muy bien filosofar y escribir cosas profundas, pero de vez en cuando a todos nos pasan cosas normales, como no estar inspirado para escribir unas paginas del TFE, y lo que verdaderamente te apetece es sentarte en el sofá y ponerte un capítulo de American Horror Story y ver a Matt Bomer en la quinta temporada.

Pequeñas tonterías que nos pasan a todos a diario y que nadie cuenta.

Comentarios

Entradas populares de este blog

El Dios Griego

El Dios Griego....el Dios Griego es esa especie de hombre que existe, pero que casualmente no tenemos la suerte de estar entre sus brazos, o más bien de que él esté entre nuestras piernas. Nos gusta, nos pone, es nuestro mito erótico, y lo sabemos. Tenemos que vivir con ello... Un día llegas a cualquier sitio y lo ves, da igual que te gusten los morenos, los rubios o los pelirrojos, porque aunque no sea tu tipo te gusta. Lo conoces, y sabes que es él....lo miras, lo remiras y babeas, más bien pierdes las bragas en ese momento, y no pasa nada, a todas nos pasa. Sabes que es él porque te muerdes el labio y estás pensando que te perderías en sus manos y en otras partes de su cuerpo, te entran los calores y quieres arrancarle la camisa a mordiscos y que te empotre en cualquier superficie. Además de estar muy bueno, porque lo está, el tío es inteligente, simpático y súper comprensivo, vamos...el hombre diez, y claro, tú maldices a todos los astros por el hecho de que no te hay

Punto y final

En una de estas veces que discutimos, en vez de hacerte el cobarde, ven hacia mí y haz eso que tantas ganas tenemos los dos, empújame contra la pared del ascensor arráncame la camiseta y muérdeme el cuello, quizás así terminemos de una vez por todas y rompamos la tensión, bésame por última vez,  así pondremos punto y final a esta historia.

Decisiones

Según un estudio realizado por  la Universidad de La Laguna Manuel de Vega, nuestro cerbero toma una decisión  200 y 300 milisegundos antes de que seamos conscientes de ello.  Entonces, ¿por qué nos cuesta tanto tomar una decisión? Quizás nuestro cerebro ya la haya tomado y nosotros seguimos sin aceptar o sin querer ver que ya la hemos tomado, por el simple hecho de que es dolorosa, o que implica mayor grado de preocupación. Tomamos miles decisiones a lo largo del día, pero a veces ni siquiera nos damos cuenta de que las tomamos, hasta que llega el momento en el que te das cuenta de que una decisión puede cambiar tu vida, tanto si es acertada como si no lo es. Nos paramos a pensar durante horas, hablamos con personas para que nos ayuden a tomar una decisión que ya está tomada, por el simple hecho de qué, a veces nos gusta que nos digan lo contrario a lo que pensamos, que nos muestren un rayo de esperanza o una dosis de realidad que nos cae como un chorro de agua fría. Ahor