Te imagino sentado en mi cama esperando mientras yo salgo de la ducha y apenas me dejas vestirme, directamente me quitas el albornoz y estás encima mía en un abrir y cerrar de ojos, tú sigues con la ropa puesta así que llevas ventaja, apenas puedo moverme, lo único de lo que soy consciente en ese momento es de que quiero que te quites la ropa y y estés dentro de mí lo más rápido que puedas, arañarte la espalda y acabar sudados y extasiados de placer....
El Dios Griego....el Dios Griego es esa especie de hombre que existe, pero que casualmente no tenemos la suerte de estar entre sus brazos, o más bien de que él esté entre nuestras piernas. Nos gusta, nos pone, es nuestro mito erótico, y lo sabemos. Tenemos que vivir con ello... Un día llegas a cualquier sitio y lo ves, da igual que te gusten los morenos, los rubios o los pelirrojos, porque aunque no sea tu tipo te gusta. Lo conoces, y sabes que es él....lo miras, lo remiras y babeas, más bien pierdes las bragas en ese momento, y no pasa nada, a todas nos pasa. Sabes que es él porque te muerdes el labio y estás pensando que te perderías en sus manos y en otras partes de su cuerpo, te entran los calores y quieres arrancarle la camisa a mordiscos y que te empotre en cualquier superficie. Además de estar muy bueno, porque lo está, el tío es inteligente, simpático y súper comprensivo, vamos...el hombre diez, y claro, tú maldices a todos los astros por el hecho de que no te hay
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